martes, 14 de abril de 2009

más espacio para parciales de la revolución industrial.

6 comentarios:

  1. Camilo Andrés Rodríguez Díaz 352772

    A través de la historia hemos podido observar que el hombre es un ser con necesidades básicas o de supervivencia, las cuales soluciono para dar paso a las de crecimiento las que hicieron desarrollar su creatividad.
    Los objetos se crean para suplir una necesidad, en muchas ocasiones es propia y en otras tantas es ajena, pero en todas las situaciones se obtiene algo a cambio de la creación de dichos objetos, en el mejor de los casos será la satisfacción de hacer lo más beneficioso para los demás, pero en otros lo obtenido puede ser algo más mundano como el dinero. Desconociendo cual fuera el motor de Henry Bessemer en este momento, se puede ver que este lo llevó a la creación de una máquina que le permitía la producción del polvo de bronce en gran escala.
    Las máquinas son producto de la solución a problemas de trabajadores – que se convierte en algunos casos contra ellos- que buscan facilitar su labor, tratando que la máquina en cuestión pueda hacer con mayor facilidad y eficiencia lo que para ellos es muy dispendioso, esto les permitiría trabajar mejor, con mayor capacidad productiva y con menos esfuerzo, logrando así generar ganancias superiores.
    Los cambios que se dan, nacen de aquellos que ven la posibilidad de mejorar un aspecto de la vida de las personas, estos deben generarse con responsabilidad para obtener lo apropiado. Sea el caso de los muebles patentados a los que se llegó después de percibir las necesidades de un grupo social mayoritario.
    “los muebles patentados son modelos que las clases medias han inventado para satisfacer sus necesidades más apremiantes. Las clases acomodadas no sentían la necesidad […] Tenían espacio y dinero suficientes para satisfacer sus necesidades por otros medios. Los muebles patentados surgen al menos en América, a partir de necesidades específicas de la clase media, que aspiraba a un cierto confort en un espacio mínimo, sin verse obligada a atestar la casa de muebles”1
    Todos los cambios que se generan en el mundo de la industria y del diseño tienen en cuenta los precedentes y las tendencias, por lo que quien desee realizar un cambio innovador debe hacer un análisis de mercado para tener algunos referentes básicos de posibles objetos que respondan a las necesidades o problemas que se tienen, el vasto conocimiento que se logre puede en algunos casos apoyarse en el espionaje industrial.
    El espionaje industrial es una práctica muy antigua que perdura hasta nuestros tiempos, en Dinamarca y Noruega en la segunda mitad del siglo XVIII, época de la creación y desarrollo de varias industrias, se uso este tipo de espionaje para establecer la industria del vidrio, tomando como fuente el desarrollo de la técnica y el estilo de países como Inglaterra y Alemania, creando con esto un estilo único con características y técnicas de ambos referentes pero modificándolas para hacerlas propias. Por esto se puede decir que no es un robo de la técnica ya que se toma como referente para adecuarla de acuerdo con las necesidades de las personas a las que iba enfocado su producto.
    Se puede ver como si bien Henry Bessemer no era culpable de sobornar a la trabajadora para robar los secretos del arte que ella poseía, él si es culpable de robo en otro sentido, ya que al crear la máquina que le permitiera a cualquier persona tener la posibilidad de realizar los mismos procesos manipulando una sencilla máquina, sin que haya pasado por el apropiado proceso de perfeccionamiento del aprendizaje por medio de la experiencia y que carezca del conocimiento apropiado para el manejo de la técnica. Esto muestra como si se presenta el robo ya que él y su máquina toman su técnica y la ponen al alcance de cualquiera.
    Pero así se pueda ver como un robo, es para el beneficio de millones bajo el sacrificio de cientos lo que bajo el carácter de la prevalencia del beneficio general sobre el particular, el acto del Henry Bessemer es el adecuado y más en vista de que no es un “robo” directo sino que por el contrario gracias a su conocimiento basado en investigaciones, estudios, análisis y desarrollo de pruebas, logró crear una máquina que optimiza la actividad y permite el desarrollo de la industria. Bessemer está innovando.
    El conocimiento no es un negocio, es un bien de la humanidad para el beneficio del mundo.
    1. S. Giedion: L’ era della meccanizzazione, op. cit., p.365.
    2. KOCK, Jan “Norwegian glass from Nostetangen: A crossroads of German and English styles”, in: The Magazine Antiques, NY, Brant Publications, Inc, September 1996, P.P 316-323.
    3. GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.

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  2. Bibiana Vivas
    Parcial Historia y Teoría IV

    A manera ilustrativa, y buscando un parámetro de comparación para resolver el dilema propuesto, propongo que imaginemos por unos instantes la situación hipotética de:

    Un hallazgo de una reserva importante de oro en el Río Atrato región perteneciente al Departamento del Chocó, una de las regiones más deprimidas de Colombia y que en reacción al importante hallazgo se realiza la creación de una imponente maquina industrial de extracción de oro producida por el gobierno colombiano, inaugurada hace tan sólo unos meses y cuya producción aseguran los ingenieros provocará el aumento de la producción en un 100% y un ahorro proyectado del tiempo empleado en el proceso productivo, realizada hoy en día por un solo trabajador, indígena o campesino experto de la región, quien se ha dedicado por generaciones a la labor, de manera exclusiva a la extracción de oro por métodos artesanas y ancestrales.

    El Ministerio de Minas desmiente las afirmaciones de los trabajadores vecinos del sector, acerca de la desvaloración de su trabajo y de las consecuencias de la introducción de la tecnología en la extracción del oro, que traerá consigo la destrucción de las formas de vida concebidas hasta ahora, además de una agresión al medio ambiente. La explotación industrializada del oro necesitará algo más que un esfuerzo sobre humano para ser superada, además la modernización del proceso traerá consigo un mayor desarrollo cultural del Chocó por medio de las óptimas entradas económicas internacionales que asegura aportar la velocidad y calidad de extracción de oro altamente competitiva (1).

    Este caso hipotético, aunque parezca irreal, tiene un ejemplo paralelo en la realidad, hoy vivida por los campesinos e indígenas de la zona de la Alta Guajira con la llegada de la industria a las minas de sal de Manaure(2) , proceso moderno de explotación industrial agrupado en la Sociedad Salinas Marítimas de Manaure, cuyo avance asegura al igual que la empresa de explotación de carbón, con capital cien por ciento extranjera de EL CERREJON “el progreso para nuestra península Guajira”, mientras la apariencia del pueblo aislado y las caras de sus gentes solo revelan hambre, tristeza y una profunda ignorancia para defender lo que les pertenece.

    De esta manera es fácil entender que, hace unos tantos años cerca a los años 1800’s se hubiera olvidado y vulnerado el derecho del pueblo de Furth en Alemania de preservar sus conocimientos tradicionales acerca del polvo de bronce, fuente económica directa para el pueblo, y que un espía industrial como Henry Bessemer hiciera uso de tan valioso recurso para traducirlo en innovación industrial, un robo evidente al saber ancestral de una comunidad.

    Si tan solo en aquella época hubiera existido un recurso como la OMPI (Organización mundial de la Propiedad Intelectual) tal vez Henry Bessemer no hubiera sido acusado de espía industrial sino hubieran solicitado el no registro de la patente de invención de tal maquinaria, que reproducía los saberes tradicionales del pueblo de Furth, producto del conocimiento milenario de una comunidad. De tal manera, lo que menciona Renato Fusco respecto de las patentes de bienes muebles, puede aplicarse también a los conocimientos inmateriales tradicionales de pueblos y comunidades humanas.


    (1).Invención producto de la imaginación de quien escribe.

    (2). “En Manaure se produce el 90% de la sal que requiere el país para el consumo humano e industrial, área de las salinas más grandes de Colombia es de 4.200 hectáreas en las que existen siete charcas algunas explotadas de manera artesanal por las comunidades Wayuu que anualmente llegan de diferentes lugares de la Guajira y de Venezuela para participar de la recolección del mineral, se calcula que unas 4 mil familias devengan el sustento del trabajo generado en tiempos de cosecha”
    http://www.presidencia.gov.co–[citado14-04-2009], http://www.presidencia.gov.co/sne/2005/septiembre/27/informesalinas.pdf

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  3. Andrés Escobar Silva 35 24 40

    Los muebles son parte fundamental en la construcción y en el desarrollo de la historia, al analizar los diversos estilos, los cambios que estos han tenido a través del tiempo y de las diversas necesidades para las cuales han sido elaborados.
    Los muebles son material vigente de hechos y sucesos, por ser elementos que perduran en el tiempo, conservando símbolos, signos y formas pero más aún por ser muestra de los diferentes procesos en los que fueron elaborados, además, en algunas ocasiones sirven como base para los análisis y estudios históricos de hechos y/o personajes.
    Los muebles como artefactos, no solamente suplen necesidades, sino que a su vez, muestran el status del comprador conforme a su poder adquisitivo. Los muebles siglos atrás respondían con su estilo a los gustos del rey o de la reina, y a los parámetros estéticos de la época, pero con el paso del tiempo, nos podemos dar cuenta que a pesar de que los mueble seguían respondiendo a un estilo especifico de la época su producción ya no obedecía a esta exigencia si no que imperaban las necesidades de la creciente demanda.
    Con la llegada de la revolución industrial y la aparición de nuevas técnicas, máquinas e insumos para la fabricación de los muebles, la comercialización de estos elementos aumentó y la masificación se hizo evidente.
    La aparición de nuevos elementos multifuncionales y/o modulares (muebles patentados), generó una nueva forma de ver y entender estos artefactos en el desarrollo de la vida cotidiana. Con el propósito de suplir múltiples necesidades de los consumidores, se crearon los muebles patentados para espacios pequeños, los cuales en muchas ocasiones fueron utilizados en lugares y en situaciones para los cuales no fueron elaborados.
    El aumento de población, la creciente demanda de nuevos elementos, la necesidad de más empleos, la revolución industrial y su maquinaria, generó nuevas tendencias y maneras de ver el mundo de los objetos, es así como logró posicionar a los muebles, pues estos en el pasado, encontraban la exclusividad al ser piezas casi únicas realizadas e inspiradas para el que así lo solicitaba, ellos pasaron a ser masificados, convirtiéndose en un producto del común, desvinculando en ellos la exclusividad, y la funcionalidad de cada uno , al generar en una única pieza dos o más elementos de mobiliario.
    Con el aumento de la demanda de dichos elementos las personas y empresas comenzaron a pagar por las patentes de su creación para no ser robados, y para poder tener el control sobre sus elementos y el poder lucrativo que estos generaban, no fuera a parar en otras manos, por el contrario, los ebanistas y carpinteros que poseían el conocimiento y las técnicas necesarias para la realización de los muebles antiguos, las cuales no se podían robar o copiar con facilidad, no necesitaban patentes o papeles que demostraran su autoría. Los nuevos elementos de mobiliario al ser parte de un proceso mecánico y de la intervención de dos o más personajes y de las maquinas, se volvían presa fácil del hurto de las ideas y la masificación del mismo objeto, convirtiéndolo en algo impersonal.
    Es así como podemos deducir que las patentes fueron creadas obedeciendo a una necesidad y a las circunstancias de los mismos productos y procesos de la época, esto generó múltiples puntos de vista, al ser criticado por artesanos y trabajadores, que veían con esta medida, como perdían el trabajo y la posibilidad de enriquecerse; esta situación en algún momento se vio como arbitraria y como una manera de segmentar la sociedad, pero en la actualidad considero que es muy necesaria, pues con esta se ejerce un control sobre los derechos de las obras, diseños y procesos, entre otras cosas, pues permanece la idea en el dueño, y éste recibe los pagos merecidos por tal creación a pesar de ser un concepto idealista en la práctica es otra cosa pues las personas y las instituciones se apropian de las ideas sin respetar los derechos de autor que se encuentran en cabeza de su creador.
    GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.

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  4. Siempre que se habla de un diseño, una idea novedosa, un sistema de producción, etc., casi intrínsecamente se piensa en una patente: esa figura que es estandarte de seguridad y Paladín de la justicia frente a los intentos ominosos de entes extraños al trabajo del creador que pretenden profanar el Cáliz sagrado del conocimiento, la tecnología y la creatividad, y de esta manera comprar el cielo en la tierra mediante falsos becerros, que generalmente son de oro.

    Pero lejos está la realidad de este pensamiento idealista donde las leyes de la sagrada patente se cumplen. Si bien es cierto que el ingenio debe tener formas de protección, es imposible pretender que un papel garantice nuestra seguridad durante el tiempo que éste tenga vigencia.

    Es entendible que en los tiempos del génesis de la patente se planteara la necesidad de creación de mecanismos proteccionistas para los gestores de nuestro mundo industrializado pero a medida que pasa el tiempo se hace necesaria una reevaluación de dicho concepto.

    Innumerables discusiones se han desarrollado frente a la defensa de la propiedad intelectual, y se ha llegado a casos extremos donde las patentes no son solo, como lo mencionaba en un principio, diseños, ideas, sistemas de producción, sino se ha redimensionado el concepto para abarcar la mayor cantidad de datos a proteger dentro de una figura nueva llamada Copyright. A pesar de que el Copyright está estrechamente ligado con todas las obras de carácter artístico, literario o científico, en la actualidad este concepto se está aplicando para cualquier tipo de invención. Esto se puede ver claramente en el caso de Mc Donald´s que siendo una multinacional estadounidense, prácticamente se ha establecido como único usuario del Mc, el cual es un apellido de origen escocés o irlandés, el cual significa Hijo de(1), y ha entablado varias demandas por derechos de autor a varios escoceses de procedencia, que durante las migraciones a Estados Unidos fundaron diferentes establecimientos comerciales haciendo alusión a su nombre; es el caso de un restaurante familiar llamado McDonald´s, fundado en 1956 por Ronald McDonald en un pequeño pueblo de Illinois, contra el cual McDonald´s, la multinacional, entablo una demanda por derechos de autor que durante 6 años tuvo en vilo a dicho escocés(2).

    Entonces ¿hasta qué punto pretendemos defender nuestras ideas, conceptos, proyectos y demás? ¿Sera que nuestra querida salvadora, Santa patente, nos defenderá del castigo demoniaco del plagio asiático, del maleficio de la calidad, y de la tentación del bajo costo, a costa de la salud? Basta con ir a mirar en cualquier establecimiento comercial, comúnmente denominados “agáchese” para tener un panorama de la realidad de las patentes y Copyright contra la cual, nosotros, bienaventurados diseñadores estamos luchando. Y todo esto es perfectamente válido, pues son estrategias de mercado. Yo por mi parte, creo que el plagio, la copia, o como se conoce también ésta “practica de diseño”, el fusil enaltece mi papel como diseñador, puesto que alguien considera que mi obra es digna de copia. Ya vendrán otras y más grandes, A este respecto, estoy de acuerdo con Aitor Méndez(3). Mientras, dejemos que los fieles devotos de la patente sigan patentando el mundo. Yo soy un diseñador ateo a la patente.


    (1) JOHAN MCNISH – Entrevista Personal - 2002
    (2) NAOMI KLEIN – Los Matones del Copyright – Revista el Malpensante – Agosto 1 –Septiembre 15 de 2001- p. 17- 22

    (3) AITOR MENDEZ – Por Favor, pirateen mis diseños – Revista Virtual Foroalfa – 2 de Junio de 2008- http://foroalfa.org/es/articulo/139/Por_favor__pirateen_mis_disenos

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  5. Andrés Arias 352643
    Una creacion inconciente

    A finales del siglo XVIII y principios del XIX se dio la revolución industrial, en la cual se cambia el sistema de trabajo manual a uno mecánico y en masa, lo que provoca grandes cambios en la sociedad y en la economía. Basándome en eso la creación o invención de nuevas técnicas estaba sujeta a procesos de elaboración antes utilizados, como lo era la creación de oro falso, y en tener que adquirir conocimientos que otras personas poseían y explotaban, lo que genero gran recelo entre los trabajadores de oficios y empresarios o inventores, por la competencia entre empresas. La fusión entre arte e industria y la producción en masa para conseguir mayores ganancias en un tiempo mas corto se veían expuestas a plagios o robos, y en ese ambiente se dio con mucha importancia la patente, que garantizaba, protegía y legalizaba el trabajo de una persona. La patente era una herramienta jurídica que hacia al portador dueño de una técnica o de un objeto, que para la revolución industrial fueron muy populares, ya que en pocos años se pudo registrar un crecimiento bastante alto en la implementación de ellas.

    Los inventores, como Henry Bessemer, eran en su gran mayoría personas estudiadas, si bien muchos de ellos no con énfasis en lo que inventaban pero si con un acceso al conocimiento de mejor forma y de gran calidad. Además contaban con el apoyo de empresarios, burgueses que financiaban grupos de investigación para la creación de objetos que a la final sirvieran para su crecimiento económico, lo que hacia a los inventores mas productivos y capaces de llegar a un resultado favorable, aunque su trabajo durara varios años.

    El problema sugerido en el texto era un problema social que se vio reflejado en el empobrecimiento de la clase trabajadora y de la eliminación de muchas empresas por parte del crecimiento de las fabricas y los salarios excesivamente bajos que obligaban a entrar en una era mecánica y productiva, encaminando a una serie de de técnicas sucias, como lo es el espionaje industrial, para conseguir una posibilidad de mantenerse en el mercado.

    Con esto se nota dos cosas: la primera es que la especialización de procesos hace que el comercio se vuelva más competitivo, que también se podría decir que es una economía salvaje, y en la cual reina el capitalismo, como paso en la revolución industrial, dando una demostración de que el trabajo no es de quien lo inventa sino de quien lo explota, por eso una de las condiciones de las patentes era explotar el invento.

    La segunda es que los diseñadores no deberían pensar solo en el producto en si, sino que tienen la obligación de pensar en el trabajador, el ambiente, la sociedad y el contexto, ya que la sociedad consumista esta llevando a diseñar solo por diseñar y esta alejando la idea de mejorar un estilo de vida por una necesidad inventada.


    bibliografia:

    TRÉ MELISA, Revolucion Industrial
    http://www.monografias.com/trabajos14/revolucionindustrial/revolucionindustrial2.shtml#so

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  6. Daniel León / 352653
    EL refrito del mundo
    Es evidente que las personas que se dedican a un oficio creativo se enfrentan a un problema tanto al momento de innovación, como al momento de velar por el bienestar de su obra, claro, también hay que tener en cuenta la dicotomía a la que se enfrentan cuando los estilos chocan con políticas, sistemas económicos y los demás elementos que caractericen y contextualicen una determinada época.
    Adicionalmente recae una gran responsabilidad, sobre el autor, llámese diseñador, músico, escritor etc… ya que además de preocuparse por generar una experiencia determinada en el usuario, debe pensar en las posibles reacciones posteriores , no solo en el nivel del individuo, sino en el nivel social, político, cultural y económico y prever en cierta forma la manera de mitigar resultados catastróficos.
    Ahora bien con los procesos productivos y el ritmo de vida cada vez más acelerado, cuando el ser humano se ha convertido en un autómata que rinde culto al capital y los valores se cambian por cifras en el banco, los productos desarrollados y pensados de una manera responsable, pasan a un segundo plano, sin importar la intención de sus creadores, las obras parecen ser absorbidas por una máquina de hacer elementos desechables que solo cumplen con satisfacer los gustos vánales y carentes de sentido, respondiendo a una mero asunto mercantilista .
    Si a esto le añadimos la creciente vertiginosa de la tecnología, especialmente en el área de la informática y telecomunicaciones, que pareciera ser tan rápida que las normas legales no son suficientes para detener la usurpación y flagelación de ideas, todo lleva un caos y deterioro del ser humano, Porque, no basta con el hurto, lo peor es que se tergiversa el sentido de las obras obedeciendo a fines distintos para los que fue concebido, lo cual conlleva a que el planeta sea inundado con una gran cantidad de elementos que podría ser catalogados como basura.
    Solo por citar un ejemplo de cómo una de estas maquinas mercantilistas convierten obras, en simple “merchandising” . Tenemos el caso de obras maestras como las de Akira Kurosawa y Shichinin no samurai, (los siete samurái 1954) convertida en un “western” de Hollywood (los siete magníficos 1960) o que tal la maravillosa obra de homero, convertida en un simple film de acción.
    Colocando un ejemplo más cercano, de que sirve una patente cuándo con solo modificar un par de elementos, una superpotencia puede hacer miles de copias baratas a su antojo, que posiblemente intoxicaran niños o engrosaran los botaderos de basura, en fin,¿ pero, con permiso de quien?, Tal vez el permiso se lo otorga la capacidad de incrementar su producción en dos meses del un 11 a un 20% y los poderes que esto otorga.
    Y ahora, queda una pregunta que es más una opción, ceder al flujo del sistema político y económico ante un mundo productor y consumidor de basura en todo sentido, o buscar la manera de reivindicar los valores del objeto y del ser humano, a título personal es preferible seguir en la búsqueda de nuevos caminos a esperar que nos absorba un futuro indeseable.

    1. GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
    2. http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/416341/03/08/CHINA-Produccion-industrial-enefeb-sube-154.html

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