Elabore un argumento claro, interesante y original que reflexione a partir de los siguientes enunciados:
1. El párrafo que se transcribe a continuación
2. El capítulo de Renato de Fusco sobre "muebles patentados" (p.90 ss)
Por favor incluya bibliografía adicional, citándola de manera correcta.
Gracias por colgar el texto en el blog a manera de comentario de esta sección, si el espacio es insuficiente trate de subirlo en el apartado que dice: más espacio para parciales de la revolución industrial.
La revolución del acero
En su autobiografía, Henry Bessemer, cuyo nombre ha estado largamente asociado a la fabricación de acero, relata la historia de cómo fue arrestado en la ciudad de Fürth, cerca de Nuremberg, mientras estaba de vacaciones en Alemania en la década de 1840, y fue acusado de espionaje industrial. Cuando Bessemer compareció en el juicio, se sorprendió al ser informado de que había sido visto sobornando a una trabajadora de Fürth para robar el secreto de la fabricación del oro falso, una pintura decorativa de bronce. Al ser interrogado por lo que tenía que decir en su defensa, Bessemer fue capaz de aducir que era un espía industrial insólito, porque algunos años antes había inventado una máquina que podía producir tanto polvo de bronce en un día como ochenta trabajadores alemanes trabajando con sus métodos arcaicos de manufactura. De hecho, Bessemer supuso que la única explicación de la falsa acusación era que los trabajadores de Fürth sabínan quién era él y que les había robado la mayoría de los secretos de su oficio.
GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
Programa del curso 1-2010
Hace 15 años
EL VACIO DE LAS PATENTES
ResponderEliminarANDRES FELIPE SUAREZ GARZON 352776
Los grandes descubrimientos realizados desde mediados del siglo XVII y durante el siglo XVIII repercutieron de forma sorprendente en el estilo de vida del siglo XIX. A principios de este, inventores alrededor del mundo vieron necesario patentar sus creaciones, la masificación de la producción de productos ponía en riesgo a que alguien plagiara su idea y se lucrara de esta, así hacia 1852 en Gran Bretaña se habían concedido 14.359 patentes (1) . Era una costumbre que cualquier objeto de diseño tuviera un tipo de grabado en el que quedara identificado la compañía o empresa y que lo fabrico y en la mayoría de los casos la fecha en la que fue concedida la patente al mecanismo empleado en el objeto, o a este mismo, lo que permitía la identificación del producto y lo protegía de una posible copia.
Más parece que el problema de la propiedad intelectual, haciendo referencia a la apropiación de un proceso o conocimiento, ha sido un problema jurídico y moral (2) desde el comienzo de uso de las patentes hasta nuestros días. El ejemplo de lo sucedido a Henry Bessemer (3) es prueba de ello, puede que él no haya pagado para hacer espionaje industrial, pero resulta evidente que poseía información de los métodos de manufactura utilizados en esta época, y gracias a esto fue capaz de plantear nuevos utilizando otros conocimientos que hicieron más eficiente el proceso.
El problema radica en la concesión de patentes no solo a un objeto diseñado, sino a la forma de producirlo, y la cantidad de vacios legales que genera este tipo de leyes y que son usados con el fin de obtener dinero sin proveer nada a cambio a la sociedad, una gran contradicción a la razón de la existencia de una patente. Un ejemplo que nos ayuda a entender la forma en la que se pueden utilizar las patentes es el caso de .tv Corp. : “En el año 2000, el Gobierno de Tuvalu (país insular polinésico) recibió 50 millones de dólares (4 veces su PIB), pagaderos en 12 años, de la empresa estadounidense .tv Corp. International así como el 20% de participación en su capital a cambio de la cesión de las letras tv de su dominio de Internet nacional (concedidas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones). A partir de ese punto, .tv Corp. vendió licencias a televisiones de todo el mundo que querían denominar su portal de Internet como www.nombredelacadena.tv. En el año 2002, vendió sus derechos a VeriSign por 45 millones de dólares en efectivo.”(4)
Con las leyes actuales de patentes es posible registrar incluso una idea, aunque no se tenga previsto ningún proceso de diseño para poder hacerla realidad, desde que se pueda sustentar concretamente desde un punto de vista físico y/o mecánico de que es posible llegar a esta, por lo que solo basta con un análisis prospectivo a veinte años (tiempo en el que cubren los derechos de patente en nuestro país), para comenzar a ganar dinero sin siquiera haber hecho un estudio a fondo como el que se hace en un proceso de diseño serio.
Las leyes de patentes son de vital importancia para un diseñador industrial, incluso desde el surgimiento de este, ya que más que la invención de un objeto es el proceso de materialización de una idea, con fines de una producción en serie, lo cual es imposible de llevar a cabo sin una base en los procesos de manufactura y materiales existentes, lo que ha provocado que la situación ocurrida a Bessemer se repita en nuestros días por desconocimiento de a quien le pertenece un conocimiento, que paso de ser propiedad de la humanidad a un negocio de unos amparado por la misma ley.
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1. Fernández-Villa, Silvia y San Andrés Moya, Margarita. Las antiguas patentes como fuentes de documentación de bienes culturales de los siglos XIX y XX. De la pagina web: http://ge-iic.com/files/2congresoGE/Las_antiguas_patentes_como_fuentes_de_documentacion.pdf visitada el 14 de abril de 2009, p. 3.
2. Entendiendo el debate que se genera cuando alguien tiende a apropiarse de un conocimiento del que se ha tenido conocimiento pero no ha sido patentado, y que posiblemente puede generar un gran servicio a la humanidad pero por medio de leyes se le da un valor comercial, impidiendo que este llegue al sector poblacional con menos recursos.
3. GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
4. De la página web: http://www.navactiva.com/web/es/aimd/doc/articulos/2009/03/49866.php?np=2 visitada el 14 de abril de 2009.
El afán de producir sacrifica el buen diseño
ResponderEliminarSolangy Trejos Sánchez 352726
Desde que el oficio de diseñar se convirtió en alimento para el sistema capitalista, se ha venido gestando una gran ironía, se estudia alguna disciplina relacionada con el diseño y en la práctica todo lo aprendido sobre la forma,la ergonomía y la biomecánica se reemplaza por el afán de producir, sacrificando todos los factores mencionados. Mientras industriales se arrebatan ideas, compiten desmedidamente y se inventan trucos publicitarios, el buen diseño desaparece con la misma facilidad que los objetos se vuelven obsoletos;esto sucede porque el ser humano se deja de lado, bajo un pretexto de optimizar el producto solo se logra excluirlo, se piensa en los materiales, costos, procesos pero no se piensa en los hábitos, las posturas o en la antropometría; factores esenciales para un buen diseño. Por esta razón muchas fábricas e industrias se encuentran ante un fracaso al intentar introducir en el mercado objetos gadget "innovadores y versátiles" que no satisfacen las necesidades reales de la poblacion para la que diseñan.
Los muebles lits de voyage no atendieron mas necesidades sino las de sus productores, aparecieron en un contexto abierto a cambios tecnológicos, sin embrago se encontraron con la obsolencia formal, estructural y funcional por no atender de manera adecuada las necesidades de la población a la que dirigieron sus productos (clase media), se escudaron bajo un argumento de ahorrar espacio y brindar confort a una clase aspirante a la mas alta pero en realidad su interés era como los de ahora producir en serie con materiales que lo permitieran para enriquecer su industria, lo cual no es malo porque esa es la dinámica del mundo entonces y ahora, lo grave es no tomar como factor primario al ser humano y las condiciones que el impone en la realización de un proyecto.
En definitiva ahorra espacio no es algo que esté mal y mucho menos si se plantea desde el diseño industrial; pero para lograrlo es preciso tomar en cuenta factores mas allá de los económicos y así lograr un verdadero producto dirigido a gente real.
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1. GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
2. http://www.decoesfera.com/dormitorio/muebles-para-ganar-espacio
Objetos patentados. Ideas perdidas.
ResponderEliminarDiego Alejandro Escobar Duran 352734
Es interesante observar como una buena idea pierde su camino a raíz de una producción en masa y una competencia en el mercado desmedidas.
Visto desde dos ángulos, la perdida de la calidad de un objeto y lo que este representaría para su usuario, es causado por una increíble masificación de patentes, provocando de esta manera que el mercado y sus competidores por ganancias, vayan deteriorando la idea para el que fueron hechos y posteriormente la calidad de los mismos. De esta manera se va inundando a la sociedad con productos que empezaron cumpliendo múltiples variables y requerimientos (estéticos, de producción, de antropometría, ambientales, etc.), pero que posteriormente fueron cayendo en el juego de volverse vacios y poco agraciados.
Productos que en un principio tuvieron gran acogida por su novedosa idea y por su versatilidad, se convierten luego en los objetos monstruosos del mercado, donde sus principales consumidores son los directos críticos y son ellos mismos los que, después de un tiempo se aburren del bajo estilo y caracterización que les podría dar este objeto a su vivienda, siendo estos mismos consumidores, los que fomentan su desaparición del mercado.
Por el afán de crear una mayor versatilidad de uso en los productos, en comparación con su competencia en el mercado y tratando de superar al de las patentes, se caen en el dañino error de producir objetos multifuncionales olvidando el alma para el que fueron hechos, perdiendo su aspectos técnicos, de producción y ante todo humano.
Las patentes, la competencia sin ideas y un sistema de producción desmesurado, son el puente por el cual los objetos empiezan a ser poco agraciados y olvidados por los consumidores.
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1. GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
2.http://www.decoesfera.com/dormitorio/muebles-para-ganar-espacio.
3.http://www.parents.fr/parent/nourrisson/puericulture/banc-d-essai/les-lits-de-voyage.
Alejandra Méndez cod: 352781
ResponderEliminarLas patentes son indiscutiblemente un instrumento que han venido utilizando los diseñadores a lo largo de la historia. No se puede desconocer que esta herramienta ha sido eficaz para darle ese sello de seguridad al diseñador, permitiéndole obtener el privilegio y por lo tanto la exclusividad de poder explotar comercialmente sus productos. Es así como la idea de patentar un producto surge precisamente cuando se empiezan a masificar los objetos, como una necesidad de evitar el plagio de ideas y de conocimientos.
Sin embargo, Walter Benjamin en su ensayo “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” hace referencia precisamente a como la obra de arte puede ser reproducida técnicamente por medios mecánicos, permitiendo así que la obra sea masificada. Es así como la reproducción técnica permite que la obra se vuelva repetitiva y fugaz, cambiando la recepción de ésta y permitiendo que el espectador se vuelva sensible a adueñarse de los objetos, es decir se vuelve sensible a la repetición.
Si bien es cierto que la obra de arte solo es autentica cuando es irrepetible, no podemos negar que para el diseño industrial es precisamente la reproducción técnica la base de éste. Sin embargo, no se puede arriesgar la esencia del diseño por satisfacer una ambición capitalista. Es precisamente, esa necesidad económica la que ha generado millones de productos que muchas veces son innecesarios y son el resultado de un afán productivo. Observamos entonces el ejemplo de los muebles lits de voyage que sacrificaban un proceso de diseño consciente por una idea de producción en masa que beneficiara economicamente su industria.
1. GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
2. BENJAMIN WALTER. “La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica” en Discursos interrumpidos. Madrid: Taurus, 1973.
3. De la página web: http://www.javeriana.edu.co/sinfo/ConceptosPatentes.htm visitada el 14 de abril de 2009.
La ilusión del desarrollo
ResponderEliminarPor: Lukas Vargas Bonilla
Buscando el clímax del desarrollo humano, se han transformado, creado y reinventado, una serie de elementos que permiten armonizar nuestra relación con el entorno.
Los alcances publicitarios de este proceso llevan a la sociedad humana a querer siempre algo más, a encontrar un nuevo sentido que justifique nuestra existencia; llevándonos en muchos casos a repetir discursos anteriormente expuestos, adaptándolos a nuestro tiempo; encontramos el ejemplo del renacimiento, donde toman principios clásicos, tiempo después de haberlos superado, o las tendencias actuales en vestuario, donde se toma el pantalón bota ancha, característico de los 70`s
Este continuo cambio, es dirigido por el mercado quien basa su economía en la oferta de modas donde el objeto es muy importante, hasta que pierde su valor comercial. “Desde siempre, algunos comerciantes ingleses, motivados por sus intereses monetarios, buscaron alternativas para impulsar el desarrollo económico”i, estas estrategias se montan sobre un contexto ilusorio, donde el objeto por mas brillante que sea pasa a ser obsoleto, cuando se lanza uno aparentemente nuevo. Este desarrollo adictivo lleva al industrial a buscar la mejor forma de intervenir en un mercado, analizando entre otros estadios a la competencia.
Entendiendo los alcances depredadores del mercado, se ha desarrollado una serie de leyes que protegen el derecho de la propiedad intelectual mediante la figura de patentes; para tal fin la organización a nivel mundial de propiedad intelectual (OMPI) protege el uso de estos inventos cobrando un derecho llamado regalía para pagar al titular de la patente, en reconocimiento por el tiempo, dinero y esfuerzo requerido para su desarrollo.
Este proceso ha solucionando inconvenientes referentes a la autoridad sobre diferentes saberes, aunque como dice Henry Bessemer en su autobiografía “En la mayoría de los inventos no se da el crédito a su primer pensador, si no a quien desarrolla la idea.”ii
Debido a la creciente densidad poblacional, la demanda de bienes y servicios es cada vez mayor, así que el ser humano debe potenciar sus habilidades para satisfacer al publico demandante.
De esta manera la historia del polvo de cobre, cuyo principal actor es Henry Bessemer ingeniero de 1813-1898, quien luego de comprar polvo de cobre para una encomienda, encuentra que su valor comercial 7 chelines, por onza, no corresponde con el valor de la materia prima mas el agregado de la mano de obra; es decir, encuentra que el valor comercial del polvo importado de Alemania es muy elevado en relación al costo de la materia prima; tal incongruencia lleva a Bessemer a consultar sobre el origen del polvo de oro, encontrando que viene de Fürth, una ciudad cercana de Nuremberg, Alemania.iii
Luego de una exhaustiva consulta encuentra en el museo Británico el proceso para la obtención del polvo de oro a base de aleaciones de cobre en forma de hojas, golpeadas y trituradas con gomas, para obtener el polvo anhelado. Este proceso requería de mas de ochenta hombres, lo que justificaba su valor comercial; con esta información Bessemer desarrollo luego de varias propuestas una maquina a vapor “self-acting Machine”iv que producía el mismo material, solo con la intervención de tres hombres. Por tanto, el valor del producto era mucho menor al importado Alemán, lo que favoreció el acceso a mas mercados, bañando en oro los artefactos ingleses.
Teniendo este gran desarrollo solo faltaba quien protegiera el uso de este proceso, para lo cual, Bessemer patento su invento, recibiendo regalías por el uso de este saber. De esta forma mantuvo inviolable su secreto en todo sentido.
Debido al gran éxito del oro falso británico, su competencia alemana diseño la forma de detener su auge, culpando de soborno y espionaje industrial, la labor investigativa de Bessemer; falsa acusación según Bessemer ya que su desarrollo fue fruto de una consulta de diferentes fuentes y el desarrollo de una maquina que producía el polvo de oro en las condiciones que el mercado requería. (costo, calidad, cantidad)
Aunque, la producción masiva y a bajo costo, símbolo del legado de la producción industrial, representada en el polvo de cobre instaurado por Bessemer es propiedad suya, el producto en si es el mismo del pueblo alemán; al pueblo no le interesa como se llegue al producto, simplemente se interesa por a como se ofrece. Así que ya sea de tradición alemana o producción británica, lo importante es el precio de oferta, claro esta teniendo la misma calidad.
De este suceso Bessemer concluye que la utilidad de una patente es proteger un desarrollo en el que se ha invertido dinero y tiempo, buscando nuevas posibilidades comerciales del producto. El punto es que al haber patentado este proceso lo convirtió en propiedad pública por 14 añosv donde el saber tradicional del pueblo alemán protegido por tanto tiempo quedo al descubierto, perjudicando notablemente su economía.
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i Capitulo Industria, Atlas Histórico de Bogota. Escovar, Alberto; Nariño, Margarita; Peña, Cesar, pp. 417, Bogota, Editorial Planeta, 2004.
ii pagina electrónica http://www.history.rochester.edu/ehp-book/shb/hb07.htm
This HTML version produced by Eric Hutton copyright 1996, visitada el 14 de abril de 2009.
Pagina electrónica http://www.infoacero.cl/acero/hbessemer.htm
(Fuente: Microsoft ® Encarta ® 2000 y Traducción desde bibliomania.com)
, visitada el 15 de abril de 2009
GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
Pagina electrónica http://historico.oepm.es visitada el 15 de abril de 2009
iii Pagina electrónica http://www.deutschland.de visitada el 15 de abril de 2009
iv Una maquina que cuida de si misma.
v Pagina electrónica http://www.wipo.int/hague/es/general visitada el 15 de abril de 2009.
Competitividad y estrategia pantetada.
ResponderEliminarPor Nayibe Sierra 352181
Este caso poco curioso de La historia de Henry Bessemer no es algo que en la actualidad nos impresione ya que la competencia desleal y el espionaje industrial es pan de todo los dias.
Los diseñadores industriales dentro del proceso metodológico de nuestra profesión , antes de pensar en incursionar al mercado con un nuevo producto debemos desarrollar un análisis de su situación actual y junto a esto de lo que vendría siendo nuestra competencia directa como empresa al incursionar al mercado. Para este ejercicio se han diseñado técnicas como el benchmarking herramienta que busca el mejoramiento continuo en productividad y calidad referenciado por la competencia.
En la actualidad se estima que el 70 por ciento del valor medio de una corporación reside en la información que posee.(1)
Esta afirmación nos hace entender el valor incalculable del secreto comercial y el porque los que dirigen los destinos de grandes empresas prefieren en muchos casos guardar el secreto de sus productos que patentarlos, como el conocido caso Coca-Cola.
Estamos en un momento donde la competitividad empresarial lo es todo y las patentes pueden jugar en el caso de diseño a favor o en contra de él. En primer lugar la obtención de una patente toma varios años y aun cuando esta es otorgada no significa que el autor de la patente no tenga que preocuparse por nada. Aunque la patente ofrece protección por 17 años, constituye un documento público al alcance de cualquiera que desee verlo. Si alguien desea hacerlo, puede solicitar una patente y variar sólo ciertos detalles del invento original para crear un producto semejante, sin riesgo de que lo acusen de una infracción.(2)
Con este panorama presente debemos de cuidarnos de hacer buen uso de las herramientas diseñadas para análisis de mercados y de estas bases de datos de patentes que en muchos casos nos pueden aportar para el desarrollo de nuestros diseños pero sin caer en la mala costumbre de copiar.
Debemos ser estratégicos y creativos usando la variedad de procesos productivos para conseguir que en nuestros diseños se haga evidente la identidad del diseñador o generar una identificación empresarial.
(1) Trends in Proprietary Information Loss - Tendencias en la pérdida de información confidencial, American Society for Industrial Security and PricewaterhouseCoopers, 1999).
(2) De la página web: .http://www.mimecanicapopular.com/vergral.php?n=149
Consulta
Del documental: La corporación; ¿Instituciones o psicópatas?; Planeta S.A
http://www.javeriana.edu.co/sinfo/ConceptosPatentes.htm
Acuerdo de Cartagena www.parlamentoandino.org/resources/getresource.jsp?ID=1241
Revolución no implica aparato
ResponderEliminarLibia Castañeda 352689
Desde siempre el hombre ha intentado realizar elementos que le resuelven problemas de la vida práctica, muchos de ellos con lenguajes pluri... multi - versatiles, elementos hiper - comunicadores, que utilizan al máximo la flexibilidad de sus nuevas tecnologías para hacer realidad estos transformers que cada vez se encapsulan mas y mas, lo que hoy vemos ridículo en el pasado fue novedad y posiblemente, lo que a nuestros ojos es muy versátil y complejo en el futuro sea visto con un cierto aire dantesco.
Sin embargo la visión en la que fueron concebidos estos elementos a finales del siglo XIX, responde a inquietudes tales como la producción en serie, y en los cuales la comunicación, producción, ciencia y consumo eran dominadas por las cortes de la ingeniería de la época, por estos motivos todo tipo de procedimiento productivo no puede ser juzgado tan ligeramente, los mecanismos y lenguajes de los objetos son dominados por palabras tales como receptor , medio y canal; ello produce una sensación de no querer perder información trasmitida, así la comunicación se maquiniza, para de esta manera obtener un resultado ideal, bastante platónico…, las lecturas de consumo invaden la visión de los de los ingenieros, entendiendo el uso, los mecanismos y las posibilidades, pero no por ello las necesidades o requisitos sociológicos o más bien humanos de los productos, ya que fueron desarrollados durante esta época Modelos de comunicación, no sistemas o formas de comprensión basados en el hombre , más bien en la ciencia, tan cuadrados como los diseños forzados de la época.
La búsqueda desenfrenada de novedad y atracción se basan en la seducción que producen las nuevas tecnologías, nuevas situaciones de producción y nuevas formas de vida, que no siempre resultan positivas, más bien crueles como podría notarse en los gritos de la películas mudas de Chaplin, pero que obligan a ver nuevas posibilidades en los productos, los cambios de la vida particularmente en los espacios de vivienda es drástica, además debe destacarse el afán por la reproductibilidad técnica, aunque los análisis de los nuevos estilos de vida no resultan del todo favorable, especialmente por la comprensión inconclusa de privacidad y publico, si se debería destacar que dichos elementos se tratan de adaptar a nuevos gestos de necesidades de la época, y aunque resultan en muchos casos estrafalarios y monstruosamente maquinados, confirman un cambio en el modus operandi de actuar, concebir el espacio e interactuar con el mismo.
Las cosas no han cambiado mucho en cuanto a lo que se desea o se necesita, han cambiado las filosofías y percepciones de lo bello y estético, enlazando la tecnología con la simpleza de las formas que cada vez separan a generaciones, es decir ha evolucionado la estética industrial, también responde a una presencia electrodoméstica –quizá a una educación desde lo electrodoméstico- , alternativas de visión del mundo y de propagación de información, esta vez no centrada en modelos, sino en términos estadísticos desde las ciencias humanas y más importante aún, resaltar la participación del usuario y coherencia con el uso y el desuso de los elemento, -la importancia de la aparición de los factores humanos- casi al elevarlos a un punto hedonista del objeto y de su dueño –personalización de los objetos-, de cambio de conceptos tales como; receptor a escucha o destinatario, de masa a opinión, y de ruido de feedback a interpretación como afirmaría Elieco, el meollo del asunto radica en que: al intentar ver al hombre desde el punto de vista de usuario de persona y centrarlo en la creación, las formas de capturarlo se transforman y obligan a pensar diferente respecto al elemento y respecto a su dueño o usuario, y esperar pluralidad o diferencia en relación a la historia y sus constantes cambios de ritmo, pues nada es del todo nuevo y nada del todo viejo.
GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
MCLUHAN MARSHALL, El medio es el mensaje un inventario de efectos, Barcelona, Ed. Paidos 1967.
ABRAHAM MOLES, teoría de la información y percepción estética, Alco, 1976
Desarrollo, sinónimo de perdida de valores?
ResponderEliminarWolfran Yesid Parrado Acosta
352769
La sed por alcanzar el poder, aspecto que ha caracterizado la personalidad del hombre desde los inicios de su existencia, con especial énfasis, desde el nacimiento del modelo económico de la esclavitud, ha hecho que gran parte o la totalidad de la población se vea sometida bajo el mandato de uno o varios personajes que pretenden constreñir la acción humana.
A esto no fue ajeno la nueva situación vivida durante el desarrollo de una era caracterizada por avances técnicos y científicos que permitieron grandes innovaciones en campos como la agricultura, la industria, el transporte y el comercio, además de la imposición de un nuevo modelo económico; que trajo consigo una verdadera lucha de clases, donde valores como la honestidad y el respeto perdieron su significado. El desarrollo de la humanidad parece que fuera sinónimo de pérdida de moral. Esto es evidente en diversas situaciones, por ejemplo: en la segunda mitad del siglo XVIII los pocos propietarios de la gran mayoría de los grandes terrenos ingleses, por medio de decretos y no de acuerdos lograron delimitar y llevar a cabo la repartición de estos territorios, desalojando de estos a personas que los poseían como herencia, sin contar con el título requerido.
Podemos identificar como a cambio de la honestidad; el engaño y la sagacidad fueron los medios usados por las personas para alcanzar sus fines. Un caso evidente se presentó cuando los miembros de la clase media y baja pretendían ser aceptados, ya fuera realizando invitaciones a reuniones sociales, donde se ofrecían banquetes muy difíciles de costear; o adquiriendo objetos ornamentales que imitaban los objetos artísticos y artesanales antiguos, aunque ahora producidos insdustrialmente. O el pacto creado entre industriales, ingenieros, artistas e incluso economistas, con el objetivo de invadir el mercado con grandes producciones de objetos novedosos.
El diseñador industrial como agente importante de este gran desarrollo, debe ser consciente de esta crisis de valores en la que ve envuelta su profesión. No se trata de limitarse a la producción sin hacer un uso racional y critico de esta herramienta; debe actuar acorde a las necesidades y crisis del momento abordando los requerimientos de su ética profesional.
i. DE FUSCO, Renato. Cap II, Los años de la Revolución Industrial, 1760-1830.
ii. GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
iii. http://www.marxists.org/reference/subject/philosophy/works/en/slaughte.htm
Camilo Andrés Rodríguez Díaz 352772
ResponderEliminarA través de la historia hemos podido observar que el hombre es un ser con necesidades básicas o de supervivencia, las cuales soluciono para dar paso a las de crecimiento las que hicieron desarrollar su creatividad.
Los objetos se crean para suplir una necesidad, en muchas ocasiones es propia y en otras tantas es ajena, pero en todas las situaciones se obtiene algo a cambio de la creación de dichos objetos, en el mejor de los casos será la satisfacción de hacer lo más beneficioso para los demás, pero en otros lo obtenido puede ser algo más mundano como el dinero. Desconociendo cual fuera el motor de Henry Bessemer en este momento, se puede ver que este lo llevó a la creación de una máquina que le permitía la producción del polvo de bronce en gran escala.
Las máquinas son producto de la solución a problemas de trabajadores – que se convierte en algunos casos contra ellos- que buscan facilitar su labor, tratando que la máquina en cuestión pueda hacer con mayor facilidad y eficiencia lo que para ellos es muy dispendioso, esto les permitiría trabajar mejor, con mayor capacidad productiva y con menos esfuerzo, logrando así generar ganancias superiores.
Los cambios que se dan, nacen de aquellos que ven la posibilidad de mejorar un aspecto de la vida de las personas, estos deben generarse con responsabilidad para obtener lo apropiado. Sea el caso de los muebles patentados a los que se llegó después de percibir las necesidades de un grupo social mayoritario.
“los muebles patentados son modelos que las clases medias han inventado para satisfacer sus necesidades más apremiantes. Las clases acomodadas no sentían la necesidad […] Tenían espacio y dinero suficientes para satisfacer sus necesidades por otros medios. Los muebles patentados surgen al menos en América, a partir de necesidades específicas de la clase media, que aspiraba a un cierto confort en un espacio mínimo, sin verse obligada a atestar la casa de muebles”1
Todos los cambios que se generan en el mundo de la industria y del diseño tienen en cuenta los precedentes y las tendencias, por lo que quien desee realizar un cambio innovador debe hacer un análisis de mercado para tener algunos referentes básicos de posibles objetos que respondan a las necesidades o problemas que se tienen, el vasto conocimiento que se logre puede en algunos casos apoyarse en el espionaje industrial.
El espionaje industrial es una práctica muy antigua que perdura hasta nuestros tiempos, en Dinamarca y Noruega en la segunda mitad del siglo XVIII, época de la creación y desarrollo de varias industrias, se uso este tipo de espionaje para establecer la industria del vidrio, tomando como fuente el desarrollo de la técnica y el estilo de países como Inglaterra y Alemania, creando con esto un estilo único con características y técnicas de ambos referentes pero modificándolas para hacerlas propias. Por esto se puede decir que no es un robo de la técnica ya que se toma como referente para adecuarla de acuerdo con las necesidades de las personas a las que iba enfocado su producto.
Se puede ver como si bien Henry Bessemer no era culpable de sobornar a la trabajadora para robar los secretos del arte que ella poseía, él si es culpable de robo en otro sentido, ya que al crear la máquina que le permitiera a cualquier persona tener la posibilidad de realizar los mismos procesos manipulando una sencilla máquina, sin que haya pasado por el apropiado proceso de perfeccionamiento del aprendizaje por medio de la experiencia y que carezca del conocimiento apropiado para el manejo de la técnica. Esto muestra como si se presenta el robo ya que él y su máquina toman su técnica y la ponen al alcance de cualquiera.
Pero así se pueda ver como un robo, es para el beneficio de millones bajo el sacrificio de cientos lo que bajo el carácter de la prevalencia del beneficio general sobre el particular, el acto del Henry Bessemer es el adecuado y más en vista de que no es un “robo” directo sino que por el contrario gracias a su conocimiento basado en investigaciones, estudios, análisis y desarrollo de pruebas, logró crear una máquina que optimiza la actividad y permite el desarrollo de la industria. Bessemer está innovando.
El conocimiento no es un negocio, es un bien de la humanidad para el beneficio del mundo.
1. S. Giedion: L’ era della meccanizzazione, op. cit., p.365.
2. KOCK, Jan “Norwegian glass from Nostetangen: A crossroads of German and English styles”, in: The Magazine Antiques, NY, Brant Publications, Inc, September 1996, P.P 316-323.
3. GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
De la propiedad intelectual a la responsabilidad social.
ResponderEliminarArmando José Correa
Palabras clave:
Patente, plagio, propiedad intelectual, desarrollo colectivo.
Desde la perspectiva capitalista las buenas ideas significan dinero; en este orden de ideas el fin de una empresa es mantenerse vigente en un mercado, y no permitir que el conocimiento especializado que da la experiencia, inmersos en el procedimiento y en la técnica de fabricación de un producto, más conocido en la actualidad como “know how” (1) caiga en manos de la competencia.
La situación que le aconteció al señor Bessemer, fue particular en cuanto a que los argumentos que presentaba la contraparte acerca de su plagio eran inconsistentes(2) pero que a su vez estaban justificados en esa dinámica propuesta en aquella época de competencia; donde era necesario superar las técnicas de los competidores y evitar que este se llevara lo más preciado que era el conocimiento de las mismas; para esto debían existir patentes, que no solo protegieran la forma del producto ,y a su lógica funcional, si no también aquellas técnicas, conceptos o sistemas de organización que estaban por encima de la cadena productiva .
Pero qué pasa cuando estas patentes atentan contra el bien común de una población en particular, cuando los intereses particulares pesan sobre la integridad humana; y lo que pueden llegar a hacer las empresas por proteger su propiedad intelectual, este es el caso que aconteció donde Autoridades holandesas incautaron un cargamento de antirretrovirales legítimos en tránsito de India hacia Nigeria los medicamentos incautados pertenecen a la UNITAID/ Fundación Clinton.
Al respecto, Sophie Bloemen de HAI afirmó “El gobierno Holandés, de manera errónea, ha identificado como falsificados estos medicamentos genéricos fabricados en India en tránsito por su puerto. Esta es una situación grave. Si no se permite el paso de este cargamento, los ciudadanos Nigerianos VIH positivos van a perder tratamientos vitales. Estamos preocupados por lo que parece ser una confusión entre medicinas falsificadas que matan personas y medicinas genéricas que salvan vidas”.(3)
El punto es hasta qué grado las patentes en pro de la protección de la propiedad intelectual pueden favorecer el desarrollo colectivo, un desarrollo a escala humana : “…Esta otra racionalidad se orienta por el mejoramiento de la calidad de vida de la población, y se sustenta en el respeto a la diversidad y en la renuncia a convertir a las personas en instrumentos de otras personas y a los países en instrumentos de otros países A una lógica económica, heredera de la razón instrumental que impregna la cultura moderna, es preciso oponer una ética del bienestar. Al fetichismo de las cifras debe oponerse el desarrollo de las personas. AI manejo vertical por parte del Estado y a la explotación de unos grupos por otros hay que oponer la gestación de voluntades sociales que aspiran a la participación, a la autonomía y a una utilización más equitativa de los recursos disponible.”(4)
La empresas en su afán de competir y mantenerse en un mercado en crisis como el actual , dejan de lado su responsabilidad con la sociedad aquella que las ah mantenido vigentes y para la cual deberían trabajar.y deberian poner ese potencial de capital de conocimiento en pro de la sociedad y no quedarse en las manos de unos pocos con fines unicos de lucro.
1. http://www.mercadeo.com/31_know-how.htm
2. GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
3. http://www.observamed.org/
4. Manfred Max-Neef, La economía descalza Señales desde el mundo invisible, Desarrollo a Escala Humana, Santiago de Chile, Editorial Nordan, 1986.pag 62
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ResponderEliminarDE LA PATENTE: USO Y EXPLOTACION DEL CONOCIMIENTO
ResponderEliminarGanadores y Perdedores
Por: Oscar A. Umaña Espinosa
Cod: 352777
La Revolución industrial, como es sabido, fue el comienzo de una transformación sumamente radical en la manera como se hacían las cosas. Se comprende entre los siglos XVIII y XIX el punto de partida desde el que se enmarca toda una nueva concepción del conocimiento y su uso, materializado en procesos innovadores y maneras más eficientes de producción de objetos, en relación con procesos artesanales que si bien suponen una tradición cultural arraigada, quedan rezagados de las necesidades modernas de acumulación de capital.
Todo el modelo de producción de estas épocas supuso la consolidación del sector industrial como elemento de generación de riquezas, no solo para los propietarios de las grandes fábricas, sino también para aquellas personas que dispusieron de saberes como la química, la física y la ingeniería, para producir métodos más rápidos, menos defectuosos y en general, más rentables para este nuevo sistema de relaciones socio-económicas.
De ahí que la figura de la patente, que no es más que un “registro de propiedad de un invento o mejora tecnológica”, haya cobrado especial importancia en dicha época histórica, con la finalidad de “garantizar exclusividad en el uso y venta”(1) de la idea registrada.
En efecto, la preocupación de diversos profesionales de registrar un invento, una idea o un diseño significativo es evidente en la medida en que estas ideas permitieran su “explotación” exclusiva de quienes participan en la conformación de aquello que es patentado. En el caso de los muebles metálicos, Renato de Fusco presenta un caso específico tiene que ver con las sillas Wilson, que partiendo de la idea patentada, surge una compañía dedicada a su producción, y más tarde otras empresas producen variaciones de aquella idea registrada, por lo que se asume, en teoría, que la explotación de tal patente supuso ganancias importantes para su autor. (Patente USA 116.784/4 julio de 1871) (2).
Sin embargo, y con relación a la anécdota presentada sobre Henry Bessemer, autor del revolucionario sistema de producción de acero mediante hornos convertidores (3), puede inferirse que los argumentos expuestos por los trabajadores de la ciudad de Fürth puedan no ser tan ciertos. Dentro del abanico de posibilidades que se contemplan, puede tratarse de una treta planeada por los trabajadores del oro falso. Una situación posible que argumenta dicha afirmación es que Bessemer fue un inventor que exploró diversas ideas relacionadas con la balística, la construcción, tipografía, textiles, tintes, vidrio, química y minería (4), por lo que no sería extraño que pudiese haber explorado técnicas con bronce. Por otro lado, y es la contraparte de la situación de la producción y aplicación de conocimiento en el siglo XIX, pueda ser que los trabajadores de no tuvieran una buena situación económica y que apelaran al “robo de su técnica” como medida de colchón para mejorar sus ingresos (recordando que en la Revolución Industrial hubo un indiscutible desplazamiento de la labor artesanal y manufacturera, y que las fábricas absorbieron a los artesanos y agricultores hacia las ciudades, para vincularse a ellas como obreros).
En este punto es importante cuestionarse sobre qué tan importante es la protección de los saberes tradicionales y cuáles son los mecanismos para que esas tradiciones sean protegidas de igual manera que el conocimiento aplicado patentado por ingenieros, científicos y demás personas vinculadas. En la anécdota de Bessemer y los trabajadores de Fürth, pudo perfectamente existir un ganador (Bessemer, de haberse patentado su más eficiente método de extracción de oro falso) y un gran perjudicado (Los trabajadores, quienes al ver que su método es obsoleto, no pueden obtener mayores ganancias, y el hecho de existir posiblemente una nueva patente basada en conocimientos posiblemente originados por ellos, los limita en una posible pugna por la propiedad del conocimiento y su aprovechamiento).
En conclusión, puede afirmarse que como herramienta indispensable para proteger la obra y las ideas propias de muchos profesionales, entre ellos diseñadores industriales, el registro de patentes es útil para poder explotar de manera correcta el resultado intelectual propio de su autor. Sin embargo las patentes se constituyen en elementos limitantes para gremios artesanales tradicionales, cuyo conocimiento que es valorado, no tiene una suficiente protección y por ende, su aprovechamiento potencial no es tan importante como el de otros.
______________________________
(1) FERNANDEZ VILLA, Silvia y SAN ANDRÉS MOYA, Margarita. Las antiguas patentes como fuente de documentación de los bienes culturales de los siglos XIX y XX. [En línea]. Fecha de consulta 15 de abril de 2009. Disponible en: http://ge-iic.com/files/2congresoGE/Las_antiguas_patentes_como_fuentes_de_documentacion.pdf. pp.2
(2) DE FUSCO, RENATO. Historia del Diseño Industrial. Barcelona: Santa & Cole, 2005. pp. 97
(3) Oficina Española de Patentes y Marcas. Grandes Inventores: Bessemer, Henry. [En línea]. Fecha de consulta 15 de abril de 2009. Disponible en: http://historico.oepm.es/museovirtual/gi_plantilla.asp?acc=1&idioma=es&xml=bessemer,%20henry.xml
(4) IBID.
Si bien Bassemer protagonizó un capítulo importante en la historia , al ser acusado falsamente de espionaje en Alemania hacia 1840, Henry Ford también fue llevado a Juicio bajo el argumento de haber usurpado las ideas de George Baldwin Selden, un perspicaz abogado neoyorquino quien en 1895 había obtenido una patente por el concepto de “caballo sin carruaje y autopropulsado”. Aunque en éste caso el ilícito sí fue cometido por Ford (y por otros fabricantes que se negaban a pagar la cuota de derechos), éste apeló en la corte en contra de Selden por considerar demasiado vaga la noción para ser patentable. El veredicto favoreció a Ford, quien “se convirtió en un héroe nacional. Ofreciendo automóviles a las masas por un precio razonablemente más bajo, ganó millones de dólares y mejoró el bienestar de muchos millones de americanos, permitiéndoles ir donde quisieran de un modo más fácil, barato y rápido”1.
ResponderEliminarAquí es donde se hace latente esa doble moral que por un lado procura mejorar la calidad de vida de muchas personas gracias a la masificación de los productos, pero necesariamente afectando a una colectividad, como lo precisa claramente Andrés Felipe Suárez en su comentario2, donde aduce que aunque Bessemer efectivamente no haya personificado ningún espía industrial, era evidente que poseía los conocimientos de una “agremiación artesanal” de la que claramente estaba obteniendo un beneficio económico, al potenciar ese saber específico transformado en bienes de capital. Con todo, cabe preguntarse si gracias al progreso (gran paradigma de la modernidad) se justifica que unos caigan en función de los otros, tal como lo promulga el bien común.
1. El automóvil y la Economía. p.22
2. EL VACIO DE LAS PATENTES. Andrés Felipe Suárez en: http://historia4dindustrial.blogspot.com/2009/04/pregunta-parcial-rev-industrial.html#comments
Bibliografía:
• WILLIAM C. RICHARDS. Henry Ford : historia de mil millones de dólares. Barcelona, Vergara, 1959.
• GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
David Arley Castro Solano - 352746
ResponderEliminarLas novedades en las técnicas de producción no sólo modifican los productos, sino también la cultura.
Los nuevos procesos productivos reemplazan las técnicas tradicionales de fabricación, hacen cambiar las formas de trabajo y terminan afectando muchos aspectos culturales. Todos estos factores son el génesis del diseño de objetos, que a su vez, son expresión de procesos históricos en los que fueron creados.
Henry Bessemer fue un gran impulsador de la industria metalúrgica en Inglaterra(1) pues permitió extraer metales en grandes cantidades y a bajo precio, lo que hacía a los metales más accesibles y abundantes. Es un ejemplo de la diferencia entre los métodos tradicionales de extracción y producción. Esto motiva un cambio de paradigma, se pasa del objeto artesanal al industrial(2) , mientras en Europa había discusiones entre el arte y la industria(3) , donde se prefería un objeto industrial con apariencia artesanal, en Estados Unidos se busca más un vínculo que le da al objeto una nueva estética industrial propia, aunque primaria.
Las técnicas metalúrgicas inglesas inspiraron (si no llegaron directamente) a Estados Unidos. Esta relación se evidencia pues el periodo histórico en el que trabajó Bessemer y la época donde se desarrollan los muebles patentados es el mismo, por lo cual se tuvo una mayor cantidad de metales en el mercado a más bajo precio, harían menos costosa la materia prima de estos muebles. La razón de este mobiliario se debe un proceso industrial en los países europeos (principalmente Inglaterra) que repercute en las técnicas y a cambios sociales y culturales en Norteamérica, como es el fortalecimiento de la clase media(4) (que a su vez se beneficia de el proceso de industrialización).
Para la fabricación de estos muebles, se requirió de un gran nivel de producción y especialización del trabajo, incluso al punto de que “nació una industria especializada únicamente en la producción de un solo modelo mecánico”(5) . Esto es un claro referente del fordismo que se desarrolló años más tarde en ese país y que modificaría su cultura material y su pensamiento, “la estandarización de las partes y la especialización del trabajo contribuyen, asimismo, al abaratamiento final del producto sin mermar en absoluto su calidad”(6).
(1) Que durante aquella época pasaba por una serie de invenciones técnicas y gran desarrollo industrial
(2) “ el objeto industrial era una adquisición reciente de la humanidad, mientras que el objeto artístico se remontaba a sus orígenes” Copias Historia del diseño industrial, una aproximación, capítulo 3, Los discursos del siglo XIX, p. 53
(3) DE FUSCO, RENATO. Historia del Diseño Industrial. Barcelona: Santa & Cole, 2005, p. 90
(4) Ibíd. p. 91. Véase también “La consolidación de la clase media, con la consecuente estabilidad de su economía, contribuyó a la proliferación de los objetos fabricados industrialmente” Op. cit, Copias Historia del diseño industrial, una aproximación, capítulo 3, Los discursos del siglo XIX, p. 53
(5)Op. cit, DE FUSCO, p. 97.
(6) Op. cit, Copias Historia del diseño industrial, una aproximación, capítulo 4, Diseño e invención, p. 98.
Bibliografía Adicional:
Página Web: http://www.history.rochester.edu/ehp-book/shb/hb07.htm
GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
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ResponderEliminarFabián Piedrahita Delgado 352817
ResponderEliminarLAS PATENTES
Concebidas como una manera de proteger la propiedad intelectual y obtención de beneficios de la misma, en el trascurso de la historia ha beneficiado y desfavorecido el desarrollo de las sociedades.
Considero que los impactos de los traspiés han sido más significativos que los de los beneficios, por tanto empezare hablando de los de mayor impacto.
El primer caso es el sucedido en Inglaterra en 1449 (1), cuando se le otorgo la primera patente por 20 años a un “flemish” (procedente de Flanders, desconozco el invento), otorgada por Henry VI (rey de Inglaterra 1422-1461). A partir de este momento y con el paso del tiempo, el tema de las patentes se convierte en una manera de creación de monopolios. Se patentaron productos de consumo masivo como la sal, donde el dueño de la patente y la corona eran los únicos beneficiados. Es entonces en 1623 que se ve la necesidad de crear el Estatuto de Monopolios (2), el cual redefine las patentes, condenando aquellos monopolios que se habían creado por estas, y definiendo la diferencia entre: nuevas invenciones y el momento en que estas se convierten en bienes comunes.
Es evidente que este sucedo tuvo que haber desequilibrado el desarrollo social y económico de Inglaterra. Por 174 años existió un aprovechamiento de las leyes para bienes particulares, el cual supongo fue por parte de aquellos amigos de la corona, y los perjudicados aquellos “ignorantes” ignorados obedientes de la ley.
El segundo caso lo protagoniza la locomotora, la cual tuvo que esperar 71 años para poder circundar por las calles de Londres. En 1874 los señores William Symington y William Murdoch desarrollaron modelos de locomotoras basados en el sistema patentado por el señor Watt, el cual los considero en vano. Hasta después del vencimiento de la patente la máquina de vapor, el ingeniero Richard Trevithick, en el año 1803 introduce al paisaje urbano de la ciudad de Londres la locomotora, evento que como lo he dicho antes, pudo haber sucedido 71 años atrás (3).
En un desarrollo exponencial tecnológico como del que somos participes, 71 años marcar una gran diferencia. Aunque el sucedo pudo haber sido causa de eventos tanto positivos como negativos para el desarrollo, es de juzgar a Watt por su actitud obstruccionista, como lo hace Aston (4).
El tercer evento aunque sin impactos tan globales, lo protagoniza Henry Bessemer, el cual considera en el capítulo 7 (“A Holiday in Germany”) de su autobiografía (5), el infortunio sucedido en Fürth, Alemania, como una estrategia de los locales para poder obtener información sobre su invención.
En este caso el tema de las patentes paso a un plano nacional, se convierte en un tema de espionaje, en una competencia hambrienta y agresiva del desarrollo internacional. Esta necesidad de conocer lo que está haciendo nuestro vecino, su técnica y desarrollo industrial, se convierte en los años siguiente una estrategia de guerra; una desenfrenada búsqueda de la humanidad por el poder (y el dinero). En tiempos de guerra es mucho menos costos saber que puede hacer el adversario, que permitir que la experiencia se lo dé a conocer.
Las patentes también han servido como herramienta de medición del “desarrollo técnico”, como nos lo muestra Aston (6) mediante los picos de registros anuales de patentes.
Pero también puede ser visto como el reflejo de una nueva sociedad ambiciosa y temerosa.
Es necesario saber la razón que impulsaba a los inventares a patentar sus creaciones, será: una ambición económica, un temor por ser robados, o una burocracia científica, sea cual sea la razón, pensar en el libertad del conocimiento o el desarrollo libre (como el open source de la industria del software) no tiene cabida en esta situación. De ser así, la patente seria como una inquisición científica o Microsoft.
Otro evento industrial-cultural de las patentes, es la organización industrial de las empresas por tecnologías, que se da por medio del mueble patentado. Además de ser un salto en la concepción del mobiliario y el diseño: de mobiliarios “cerrados y estáticos” a “superficiales, polivalentes y articulados” como lo describe Renato de Fusco (7). La muerte de lo decorativo y mágico, y nacimiento del pragmatismo, una soluciones sencillas, concretas y frías, si lo observamos desde el pasado. Pero también fue la oportunidad para que el diseño pudiera llegar a nuevas clases sociales, la clase media. El comienzo de una carrera del diseño en mercados de mayor volumen, diseño para más gente, y un diseño sencillo y práctico, con intereses menos formales y más funcionales. Un evento del cual William Morris se debió haber sentido muy satisfecho.
Es por estos eventos que considero que han sido de mayor transcendencia los eventos negativos de las patentes en el transcurso del desarrollo de las sociedades, pero a los ojos del diseño, genero un magnifico evento, no solo por su aumento de usuarios en la sociedad, también por la introducción de EEUU en la competencia mundial de los objetos industriales, lo cual visto desde el desarrollo de las sociedades, lamento.
Creo que las patentes son armas de sobre filo, nos brindan seguridad y beneficios, pero al mismo tiempo pueden retener, monopolizar o abusar de nosotros mismos. Hoy en día considero bastante difícil poder llamar una invención “novedosa” y darle el privilegio de la patente. El cerebro humano es una esponja que retiene imágenes, experiencias y conocimiento, del cual hemos sido participes todos. Es imposible diseñar sin negando la existencia de otro objeto de la misma familia. La inherente facultad transformadora del diseño, la selección artificial de la especie objetual, obliga al diseñador a partir de lo existente, porque cuando llamamos algo innovador quiere decir que no se parece a los otros, por lo tanto reconoce a “los otros” y hace parte de todos.
(1) http://en.wikipedia.org/wiki/History_of_patent_law
(2) http://en.wikipedia.org/wiki/Statute_of_Monopolies_1623
(3) AHSTON, T.S. La revolucion Industrial (1760-1830). Mexico: Fondo de Cultura Economica, 1950, p.p 104-105
(4) Ibid p.p 105
(5) BESSEMER, Henry. Sir Henry Bassemer F.R.S. an autobiography. http://www.history.rochester.edu/ehp-book/shb/start.htm. Capitulo 7: A Holiday in Germany
(6) Ibid p.p 109
(7) DE FUSCO, Renato. Historia del Diseño Industrial. Barcelona: Santa & Cole, 2005, p.p. 90-98
LAURA MARIA GARCIA VILLAMIZAR 352759
ResponderEliminarLas sociedades humanas , con los cambios constantes que presentan y las dinámicas de vida que manejan, crean cada vez nuevas exigencias y necesidades que deben ser solventadas por los creadores de objetos para dar solución y satisfacer lo que piden los consumidores. De esta manera, nuevos objetos son proyectados y creados con el ánimo de atender los deseos de quienes adquieren los productos para el uso cotidiano. Al hablar de muchos de estos objetos , hablamos de invenciones. Nuevas ideas que se desarrollan y elaboran con el ánimo de crear un objeto e industrializarlo y producirlo en masa, lo cual es la principal intención del diseño industrial.
En el campo de las invenciones entra a tomar parte un componente fundamental del mundo industrial, las patentes. El resguardo de las ideas y los proyectos. Podríamos hablar de patentes desde la revolución técnico industrial del siglo XIX , donde los objetos comenzaron a masificarse y producirse en serie. La revolución industrial, en cuanto proceso permanente, fue acompañada de siempre nuevos inventos, mediante los cuales se introdujeron nuevos procedimientos, nuevos productos, nuevas materias y nuevas energías(1). Donde se hizo necesario proteger las ideas, los proyectos y las tecnologías para lucrarse de estas, de la inventiva. En la sociedad del siglo XIX, los cambios constantes que se dieron, en torno a la naciente sociedad industrial, generaron muchas necesidades específicas que a su vez desembocar en invenciones. El siglo XIX es el siglo de la fiebre inventora , lo cual hizo que se diversificara la producción industrial y se brindaran soluciones a problemas de la vida cotidiana, tales como la falta de espacio en las casas, para lo que se inventaron muebles tipo lits de voyage, que estorbaban lo mínimo (2)
Estos nuevos objetos nacían a partir de ideas, referencias a otros objetos que desarrolladas e investigadas dentro de una completa proyección, daban origen a una respuesta de diseño, como el caso de Henry Bessemer, quien invento una máquina para producir polvo de bronce tomando como referencia conocimientos primitivos de artesanos alemanes pero desarrollando e investigando aun más la idea , hasta obtener una maquina(3).
Esto anterior, implica inversión de tiempo y dinero que los creadores necesitaban asegurar, para poder lucrarse de ellas, dentro de la dinámica de la producción industrializada sin que otros lo hicieran con la misma idea y las mismas tecnologías, lo cual era muy factible de suceder. De esta forma, aparecen las patentes como un derecho exclusivo sobre un proceso, un objeto y la manera de llevarlo a consecución. Es entonces clara, la importancia de estas para el mundo de la producción y el diseño industrial, en cuanto abarcan la idea, su desarrollo, la manera de realizarla, hechos fundamentales para que se pueda llevar a cabo una producción en serie que deje beneficios económicos.
En la actualidad, las patentes son conferidas por un periodo de tiempo específico de 20 años, en el cual se puede explotar industrialmente con beneficio exclusivo para el titular de la patente y la obligación de pago para quien desee usarla. Es una manera, entonces de asegurar el pilar de todo diseño industrial, la idea y la manera de llevarla a cabo.
1. PIETSCH, MAX, La Revolucion Industrial ,Pag 125, Barcelona, Editorial Herder, 1965
2. DE FUSCO, Renato. Cap II, Los años de la Revolución Industrial, 1760-1830.Pag 90, Barcelona, Santa y Cole , 2005
3.GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
Alejandra Celis Vargas 352747
ResponderEliminarPATENTES: impulso de la invención.
A partir del siglo XVIII la sociedad se vio rodeada de una oleada de innovaciones sin precedentes y que parecía no tener fin, el desarrollo de las técnicas y el avance de la tecnología tuvo lugar en todos los aspectos de la vida, teniendo en cuenta que una rama de la industria no se desarrollo sola, fue común ver como los adelantos en un campo especifico permitían el avance de otros. Las personas a través de los años vivieron una transformación de su cultura, costumbres, pensamientos y todas las formas de relacionarse con su entorno, intermediadas por la aparición de maquinas, procesos y técnicas. Esta época es conocida como La Revolución Industrial, expresión usada a partir del siglo XIX (1), en la cual la economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por una dominada por la industria y la manufactura (2). Tuvo como centro de expansión Inglaterra, llegando a toda Europa y América.
En el afán de innovación, mejoramiento y avance que caracterizó la sociedad en la revolución industrial surge un concepto que va a determinar las relaciones de producción, este es la propiedad intelectual y específicamente las patentes, las cuales le otorgaban a una persona el certificado de haber concebido una innovación en un objeto, a través de un avance tecnológico. Además constituían el derecho de hacer uso exclusivo de la tecnología patentada, en un periodo de tiempo determinado.
En el siglo XVIII, las patentes cobran importancia y son reflejo de las transformaciones que dan lugar a la revolución industrial; antes de 1760, en un año el número de patentes no excedía doce, posteriormente se vieron aumentos súbitos e inesperados, en 1825 se alcanzo el número de 250 patentes en un año (3).
En la carrera de patentar un hecho importante de resaltar es que una tecnología patentada por lo general iniciaba su desarrollo indirectamente a partir de otra ya existente, ya fuera por la persona certificada o por otras, puesto que en las industrias siempre se estaba compitiendo por un mayor avance, lo que consideraba observar la competencia e intentar superarla, por lo que la invención se daba simultáneamente en las industrias, esto se hizo claramente evidente en la industria automovilística.
“La invención no es nunca fruto de un solo individuo, sino de la colaboración de muchas fuerzas concurrentes” (4)
Ejemplo de esto aplicado al diseño industrial es lo expuesto por Renato De Fusco en su libro Historia del diseño industrial, sobre los muebles patentados, cada uno de estos poseía una innovación tecnológica resultado de la búsqueda de objetos que se adaptaran a espacios reducidos y permitieran el uso en diversas actividades, destinados a la clase media (5). Entre los fabricantes se apreciaba una clara competencia que propiciaba la invención y la variedad. Pero la invención por fuerzas concurrentes no solo se daba por la competencia de fabricantes con un fin común, sino también en el avance de los procesos industrializados, como en el caso de Henry Ford, con su cadena de montaje o el caso de Henry Bessemer y su máquina para fabricar polvo de bronce, que permitió el desarrollo de esta actividad a través de un proceso industrializado, seriado y más rápido.
Las patentes entonces, fueron un mecanismo para proteger la propiedad intelectual y reconocer el trabajo realizado por una persona o empresa, pero además se constituyeron como el motor de la invención, vistas como una meta a superar en la competencia, lo que permitió el desarrollo de la industria y el avance de los procesos de fabricación.
1.FOHLEN, Claude. La revolución Industrial. Vicens Bolsillo. Pag. 9
Fue adjudicado el término ‘industrial” a la palabra “revolución”, esta última tiene uso político desde finales del siglo XVII.
2.THOMPSON, Allan. La dinámica de la Revolución Industrial. Oikos – tau, s.a, ediciones. Capitulo 2
3.ASHTON, T.S. La Revolución Industrial (1760-1830). México: Fondo de Cultura Económica, 1950. Pag. 109
4.DE FUSCO, RENATO. Historia del Diseño Industrial. La era Victoriana. Barcelona: Santa & Cole, 2005. Pag. 90-97
5.DE FUSCO, RENATO. Historia del Diseño Industrial. Barcelona: Santa & Cole, 2005.
Carlos Andrés Cubides López 352692
ResponderEliminarClaramente, la revolución industrial no es resultado de cambios únicamente a nivel productivo, es decir, la revolución industrial se gesta a partir de cambios en diferentes áreas del conocimiento, pero todos ellos motivados por un cambio social que se estaba gestando en el momento. Paralelamente, con la llegada de la industrialización, se empezó a generar una preocupación entre los productores, ya que la tecnificación de los procesos eliminó la necesidad de tener el “know how” acerca de la producción y desvió la solución del problema hacia lo enteramente económico; es decir, no producía quien supiera cómo hacerlo sino quien tenía el dinero para hacerlo.
Posteriormente, surgen las patentes como forma de “protección” de las ideas, sin embargo, ésta es una protección sobre la explotación de las ideas y no sobre el pensar las ideas. Por lo cual se considera: ¿Las patentes protegen realmente el conocimiento de las personas que es lo realmente importante? Para responder esta pregunta es necesario analizar las patentes son producto del trabajo de la persona que se lucra a partir de ellas o si en realidad son producto del trabajo mancomunado de muchas personas, como en el caso Bessemer, en el cual se encuentra la tecnificación de un proceso que fue perfeccionado durante cientos de años por artesanos a quienes nunca se les reconoció.
Para finalizar, se ha de resaltar el papel que desempeña la clase media dentro del proceso de creación y producción de productos industriales, el cual concluye con una manipulación y expropiación de los mismos, lo que a su vez genera, que esta población se convierta en el principal consumidor de la mercancía que produce, teniendo en cuenta que el acceso y consumo se ve opacado por la ausencia de reconocimiento y la inadecuada remuneración económica del trabajador.
GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
DE FUSCO, RENATO. Historia del Diseño Industrial. Barcelona: Santa & Cole, 2005, p. 90
DE FUSCO, RENATO. Cap II, Los años de la Revolución Industrial, 1760-1830.
Roger Sanguino 352406
ResponderEliminarEl diseño de mobiliario a partir de los años de la revolución industrial evoluciono constantemente, siendo objetos elaborados artesanalmente y siempre pensados para un contexto especifico, teniendo en cuenta una decoración determinada, obteniendo un alto valor comercial y siempre dirigido a las clases sociales con fuerte poder adquisitivo, pasando a ser elementos de producción masiva, que se construían a base de piezas producidas en serie, con materiales y procesos productivos de bajo costo, lo que los hacía más asequibles para las personas de clase media.
Estos cambios significativos generaron una ola de innovaciones en el diseño y fabricación de muebles que dio a conocer “el fenómeno de los elementos de decoración metálicos o patentados”(1), que son una serie de mobiliario, basado en los cambios de los modelos estéticos de la época, apoyados fuertemente en la funcionalidad de los objetos, diversificando sus funciones “a partir de las necesidades especificas de la clase media, que aspiraba a un cierto confort en un espacio mínimo, sin verse obligada a atestar la casa de muebles”(2). Este tipo de mobiliario fue desarrollado por la misma clase media que los utilizaba, ya que la clase alta no tenia este tipo de interés siendo que podían pagar fácilmente por el espacio y el mobiliario necesario para cumplir sus necesidades o caprichos. La industrialización de los productos deja a un lado la creación de muebles para espacios específicos, para no tener más en cuenta la decoración de los ambientes. La clase media trataba de acomodar sus pequeños ambientes decorándolos en base a los muebles que adquirían, los cuales ayudaban a aparentar fácilmente y a vivir con tranquilidad teniendo todo lo necesario en un espacio reducido, con posibilidad de transformarlo en poco tiempo, de una sala de estar a un dormitorio, esconder la cama transformándola en armario y otro tipo de modificaciones que podían tener gracias a la ya mencionada funcionalidad y diversidad de los muebles.
La innovación de los procesos para mejorar la producción de este tipo de muebles, que se encontraban en auge, genero una gran competencia industrial, en el sentido en el que una empresa estaba siempre pendiente del desarrollo de su competencia. Aunque se puede decir que, además de ser una competencia fue una colaboración entre los diferentes tipos de industrias, donde “En ciertos casos el adelanto en una esfera era condición previa para que otra progresara…”, como lo menciona Ashton, añadiendo que “En frecuentes ocasiones dos o más industrias se desarrollaron simultáneamente, cada cual contribuyendo al progreso de la otra” (3).
En esta competencia o colaboración –entre industrias que difieren en su producción, pero que sus adelantos pueden ser adaptados a diferentes procesos– los industriales deben proteger sus innovaciones del espionaje industrial y para poder estar un paso delante de la competencia debían desarrollar nuevas tecnologías, tal es el caso de Henry Bessemer que invento una máquina para producir polvo de bronce en mayor cantidad que el proceso manual (4). Para poder lograr esto las industrias buscaban la patente de su invención para así poder obtener derechos sobre el nuevo objeto o proceso de producción. Las patentes aseguraban las ganancias que podría tener la invención, atribuían la innovación de un objeto o proceso industrial al dueño de la patente y le otorgaban el uso exclusivo de esta tecnología durante un periodo de tiempo determinado.
El aumento de las patentes fue aumentando desmedidamente desde los años 1760, lo cual se refleja en las listas de los comisionados de patentes, en las cuales se veía que anualmente se otorgaba un aproximado de doce, aumentando repentinamente en el año 1766 cuando fueron entregadas 31 patentes, pasando por altibajos durante los siguientes años hasta llegar a un tope de 205 por año en 1825. Estas innovaciones se generaban en años de paz y de buena solvencia económica, contrario a lo que se piensa, que los tiempos de guerra son el “resorte del progreso técnico” en el cual aumentaban los inventos, en su mayoría en el ámbito militar, para poder vencer al enemigo (5). La idea de innovar en los procesos productivos y en el diseño de maquinaria y de objetos era netamente económica. La gente patentaba sus diseños para obtener, a través de estos, un beneficio monetario.
Proteger la propiedad intelectual aseguraba, al industrial o inventor, ser el único beneficiario, del proceso o de la venta del objeto, además de convertir a la empresa productora en líder del mercado, incentivando con esto a que la competencia desarrollara nuevos y mejores diseños y procesos productivos. Esto convirtió a las patentes y a la propiedad intelectual en el motor de la innovación y la inventiva, tanto en objetos como en procesos, en los años de la revolución industrial.
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1. DE FUSCO, RENATO. Historia del Diseño Industrial. Cap. III La era Victoriana. Barcelona: Santa & Cole, 2005. Pág. 90
2. GIEDION, SIGFRIED. L'era della meccanizzazione, op. Cit., Pág. 365; en DE FUSCO, RENATO. Historia del Diseño Industrial. Cap. III La era Victoriana. Barcelona: Santa & Cole, 2005. Pág. 91
3. ASHTON, T.S. La Revolución Industrial, Cap. III Las Innovaciones Técnicas (1760-1830). México: Fondo de Cultura Económica, 1950. Pág. 107
4. GAVIN WEIGHTMAN, Los Revolucionarios Industriales, la creación del mundo moderno (1776-1914), Barcelona, Ariel, 2007, p. 289.
5. ASHTON, T.S. La Revolución Industrial, Cap. III Las Innovaciones Técnicas (1760-1830). México: Fondo de Cultura Económica, 1950. Pág. 109
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ResponderEliminarCuando entré hoy a revisar si estaban calificados los parciales y si había una nueva publicación, me di cuenta que al pegar la respuesta, me había equivocado en la primera cita. Ésta corresponde como sigue:
ResponderEliminar1. JOSEPH E. STIGLITZ, ECONOMÍA. Barcelona, Ariel, 1994, p.22.
LOS AROMAS INDUSTRIALES
ResponderEliminarPropiedad del intelecto
Mira como se cuela entre las líneas de esa revolucionaria industrialización, un aroma a intriga, fragancia perenne, que se mantiene develando los viciados intereses del mercado. Se toparon con la obra y su creador, la malicia y las ansias del desarrollo y trascendieron el mundo y sus distancias, el tiempo; como si el olfato tuviera el don de la ubicuidad, los Europeos se olieron lo que hacían los Americanos y viceversa, los ingleses lo que hacían los alemanes, luego los japoneses olfatearon a gringos y a europeos y en el globo terráqueo no se ha parado ni se parará de husmear, de un lado a otro por el mapa entero, el hombre mete sus narices.
Yo te hablo del perfume del desarrollo y de ñatas inquietas; e imagino corrientes de esporas intelectuales que recorren el mundo y se instalan en muchos lugares, sobretodo en los más poderosos. Pero de seguro esa inteligencia secreta, que socava los adelantos humanos, se vale de mucho más que de unas potentes fosas nasales, hay sagaces movimientos y malévola astucia.
¿Qué tal, si en vez de andar inhalando olores de otros territorios, estos esparcieran sus excelsos aromas, propiedad del intelecto, por el mundo, como donación altruista, reconociendo claro su procedencia?
No habría pasado entonces, lo del Ingles Henry Bessemer y su supuesto espionaje; tampoco, los muebles americanos serian victimas de las maniobras Europeas, no habría pasado eso y más, no habría pasado y respirariamos mas tranquilos.
ÍCARO LÓPEZ_DE_MESA MOYANO
Referencia
http://inventors.about.com/library/inventors/blsteel.htm 15. 04. 09 7:00 pm